11 de marzo de 2014

Hacia Bacalar

Algunas decisiones nacen del aburrimiento. Hace un par de días decidí que, como tengo que quedarme en Quintana Roo hasta abril (un tema del que luego platicaré [jiji]), debería de aprovechar e ir a alguna parte. A final de cuentas sólo he conocido la riviera maya y fue así como, buscando un poco, llegué a Bacalar.
Lo decidí en nada de tiempo, cuando me había resignado a quedarme sentado a esperar los días para irme de acá. Con una semana en manos se puede hacer mucho.
Salí hoy temprano y, por si fuera poco, pedí y conseguí mi primer ride en carretera: Tatiana, una chica que, según me dijo, no puede dormir en cualquier cama, de forma que conoce ya la mayoría de los hoteles en la riviera, y en qué camas sí puede dormir.
Así la cosa. A recorrer el pueblo.

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